"Primera entrada de Pablo Marin en el
Blog, y con un tema mas que interesante, saber que le pasa a nuestro intestino,
pensad que el intestino, debe ser capaces de absorber los nutrientes, pero
muchas veces, nosotros con nuestra alimentación,
entorpecemos su trabajo o peor aun, no dejamos que lo realice".
"Las paredes del intestino son permeables, para permitir el paso de los nutrientes a la sangre, a la
vez, la mucosa intestinal es un freno para para entrada en el organismo de
alimentos que no han sido totalmente digeridos, así como de tóxicos y
organismos dañinos."
La barrera intestinal no es perfecta, y es fácil de
que se cuelen algunos intrusos, lo que normalmente no supone un problema para
la mayor parte de las personas. Los verdaderos problemas comienzan cuando las
paredes intestinales se inflaman y se hacen hiperpermeables.
Las inflamaciones pueden ocurrir por diversas causas
que en la sociedad actual es habitual, por ejemplo:
.Flora intestinal anormal, causada sobre todo por el
uso de antibióticos, ya que estos destruyen la flora buena y permiten la
proliferación de fermentos, levaduras y hongos.
.Abusar de carnes animales así como tomar poca
fibra, que favorecen el desarrollo de las bacterias Coli, que causan la proliferación en detrimiento de las
beneficiosas.
. Sustancias que irritan el tubo digestivo como el
alcohol, la cafeína, los aditivos, las especias, el azúcar, etc…
.Las intolerancias alimentarias como por ejemplo la
leche animal, el trigo, etc…
.El abuso de alimentos fermentados como el pan, el
queso, alcohol, embutidos.
. La toma de aguas o alimentos contaminados por
microorganismos.
La causa más frecuente de hiperpermeabilidad es la
disbacteriosis intestinal. Cuando la flora bacteriana está alterada, ocurren
putrefacciones intestinales, los intestinos se inflaman y se hacen demasiado
permeables. En las putrefacciones intestinales se producen sustancias tóxicas
que pasan a la sangre, cuando la cantidad es excesiva y el hígado no puede
transformarlas, son eliminadas por los riñones a través de la orina.
No todas las personas responden igual a los agentes
causantes de la hiperpermeabilidad intestinal; las de piel final y débil son
las mejores candidatas a padecerla. Según la teoría oriental de los cinco
elementos, la calidad de la piel depende del elemento metal (pulmón e intestino
grueso), nuestra piel exterior es un reflejo de nuestra piel interior (la que
recubre los sistemas digestivo y respiratorio), además el estado de los labios
(la entrada del sistema digestivo), es un reflejo del estado de nuestros
intestinos; por ejemplo, la inflamación del labio inferior indica inflamación
del intestino grueso, la del superior, del intestino delgado y/o estómago y la
de las comisuras, del duodeno. No obstante, la inflamación intestinal no se
refleja siempre en los labios.
Se puede mejorar el intestino eliminando la causa de
la inflamación; dejando de tomar antiinflamatorios, antibióticos, alcohol,
lactosa, gluten, etc…también habría que reponer la flora intestinal con
Acidófilus y Bifidus que ayudan a controlar las colonias de los microorganismos
perjudiciales. Por otra parte es aconsejable una perfecta masticación y
relajación comiendo, así como evitar el estreñimiento. Utilizar enzimas
digestivas para ayudar a degradar los alimentos en partículas más pequeñas y
menos antigénicas. En casos de inflamaciones serias, como la colitis ulcerosa
la glutamina puede ayudar a reparar los daños en la pared intestinal ya que
actúa como cicatrizante. Hacerse una limpieza intestinal una o dos veces al
año.
Cuando el intestino se inflama, no absorbe como es
debido los nutrientes y pueden presentarse gases, hinchazón abdominal,
indigestión, estreñimiento y diarrea. Las proteínas transportadoras pueden
resultar lesionadas, y entonces hacen su aparición las deficiencias de
nutrientes, que también puede causar cualquier otro síntoma, como ocurre con
las deficiencias de magnesio que inducen espasmos musculares. Las fugas de
toxinas a través de las paredes intestinales sobrecargan al hígado y pueden
aparecer sensibilidades a los productos químicos y a nuevos alimentos. Las
bacterias y los hongos del intestino adquieren la capacidad de trasladarse a
otros puntos del organismo. Las proteínas u otros componentes parcialmente
hidrolizados de algunos alimentos son absorbidos y pueden aparecen alergias e
hipersensibilidades alimentarias.
Hay muchas respuestas anómalas a los componentes de
los alimentos (proteínas, carbohidratos, aditivos, etc…), con o sin la
intervención del sistema inmunitario y cuyos síntomas son muy variados
(inflamaciones e infecciones crónicas, malabsorción de alimentos, ojeras y
edemas debajo de los ojos,etc…). Podemos llamar a todas esas respuestas,
hipersensibilidades alimentarias. Las sensibilidades alimentarias excesivas
existen desde la antigüedad, pero actualmente su número ha crecido bastante
como consecuencia del aumento de la contaminación, del agua, de los alimentos y
del abandono precoz de la lactancia materna. Los contaminantes ambientales
hacen nuestras mucosas demasiado permeables a los agentes externos; esto unido
a nuestra mermada capacidad enzimático-digestiva y hepático-desintoxicantes y a
la excitación del sistema nervioso, nos hace candidatos a padecer en cualquier
momento una hipersensibilidad alimentaria.
Así pues estimad@ deportista, cuidemos nuestro
intestino si queremos gozar de buena salud y rendir al máximo en nuestro
deporte.
Pablo
Marín Serrano
Terapeuta
Nutricional-Ortomolecular.
Técnico Experto en Dietética y
Nutrición.
Técnico en Nutrición Deportiva.
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