miércoles, 18 de junio de 2014

"Deportista Anonimo" Enrique de Castro

 
Hoy os presento, aunque no la necesita, a Enrique de Castro, alias "Vasco", y digo que no la necesita, o no la debería necesitar en otro país, ya que recientemente se proclamo Campeón del Mundo de Duatlón en su grupo de Edad, y eso no tiene repercusión.

Para mi, tengo que decir, que es un referente, como deportista, y como persona, capaz de seguir entrenando con ilusión cada día, y además ser humilde con sus logros.

Os recomiendo leer el post de hoy, porque cada frase tiene un significado y una reflexión.


Me pide mi amigo Isra que en su sección “Deportistas Anónimos” escriba algo sobre mí, sobre mi historia deportiva, y que pudiera servir de alguna manera para motivar a hacer deporte.

Hace tiempo escribí en www.edecast.blogspot.com  alguna cosa sobre este mismo asunto, así que, como soy un poco vago, lo reciclaré ahora. Comentaba por allí la importancia que le doy al deporte, lo que para mí significa en el crecimiento, y en su caso asentamiento, ya en la madurez, de una persona, tanto en el plano de valores (sacrificio, constancia, valor para enfrentarse a retos, esfuerzo, planificación, espíritu, vitalidad, etc) como en lo que físicamente y psicológicamente aporta la práctica deportiva en el cotidiano día a día.

También comentaba sobre la mucha gente que me dice que también quiere hacer deporte, pero que no tiene tiempo, por ejemplo. Otros preguntan que cómo tenemos esa fuerza de voluntad para salir casi todos los días, o al menos con regularidad, camino del monte, de la carretera o de la piscina. Que lo han intentado, pero que no lo han conseguido más allá de una semana…



Bueno, cada uno de estos locos que salimos a correr, haga el tiempo que haga, tanto fuera como dentro de nuestra cabeza (y ese clima que hay dentro de nuestra cabeza es fundamental para enfocar el deporte), tuvo un motivo, y ahora tiene una motivación, pero creo que en el fondo todos somos muy parecidos… Cada uno hemos llegado a esta religión por diferentes motivos, pero una vez dentro todos la practicamos con la misma devoción, con la misma motivación.

Incrustar vídeo: (https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=B8vDzHm4t44)



Hablaré de mí. De cómo fui captado en esta secta: Yo era el típico niño gordito, más bien torpón (eso no ha cambiado, lo sigo siendo), así que con unos 12 años mis padres me mandaron a un gimnasio de esos de "artes marciales" (de moda en los 80). Haciendo judo pasamos unos años fantásticos, disfrutando del machaque físico y de los “randoris” (luchas) con los que a partir del judo fueron también mis amigos de juerga los fines de semana (Uff! Esto daría para muchas entradas)… Descubrí esa sensación de agotarse, de no tener un gramo de fuerza, y bastantes cosas más…



Algunos años después empecé a salir a correr los domingos, esto ocurrió porque me dio por hacer una maratón con 14-15 años (por entonces se podía participar con esta edad) sin más entrenamiento que el propio judo, y aunque acabé andando y sufriendo el salvaje desgaste que una prueba de este tipo ocasiona, lo hice con algún tipo de veneno "deportivo" inoculado en ese día. En mi caso aquella maratón fue la semilla de “mi” deporte.

Y empecé a correr los domingos. Lo cierto es que me costaba una barbaridad madrugar para ir a correr, pero cuando llegaba a casa siempre estaba satisfecho, muy satisfecho, y feliz. Y mientras corría, disfrutaba (también es verdad que tenía una cierta base física por el judo, que evitó ese muro de “sufrimiento” que normalmente tiene la gente que empieza a salir a correr por primera vez)… Y algunos años más tarde empecé a coger la bici en los veranos, y bastantes años después, ya con 30 y pico, llegó el triatlón… Pero no sabría decir exactamente cual fue el momento en el que ya no había vuelta atrás, en el que supe que la vida podía dar todas las vueltas que quisiera, que yo siempre haría deporte, siempre correría (al menos) y andaría en bici. Y así fue, en el pasado quedaron amores y desamores, "duros" años de universidad, trabajos de 9am a 21pm, momentos difíciles y momentos increíbles, pero en todos ellos, absolutamente en todos, siempre, al menos, corrí. Siempre saqué el tiempo para hacerlo, si estaba bien porque estaba bien, y si estaba “no tan bien”, por ello, para estar mejor…

Así que me buscaba la vida para arañar, al menos, unos ratillos para trotar: Me colaba en los vestuarios de unas pistas para poder ducharme al mediodía cuando trabajaba de 9 a 21, y si era necesario salía a correr a las 10 de la noche, incluso podía llegar a decir a alguna “novieta” que tenía que estudiar, pero me iba a correr. Y tantos y tantos puzzles que se han tenido que hacer durante todos estos años...

No sé que ha sido lo primero, si mi carácter/personalidad me ha llevado al deporte, o si el deporte me ha hecho como soy. Lo cierto es que soy lo que soy en buena parte por el deporte, y siempre estaré hecho (mientras la salud lo permita) de muchos kilómetros solitarios, y también no solitarios… Podrá incluso fallar todo en la vida, pero siempre habrá un par de zapatillas preparadas para salir a correr…



Y en cuanto a lo de no tener tiempo y todas las “excusas” que siempre se escuchan… Creo que es tan fácil como reconocer que en tu pirámide de prioridades lo que ocurre es que los 45 minutos que puede costar salir a correr (por decir una de las actividades físicas con mejor ratio tiempo consumido/”efectividad”) están tan abajo que no tienen un “slot” libre en el periodo de aproximadamente 24 horas que tarda la Tierra en dar una vuelta completa sobre su eje…

Tampoco es imprescindible que el deporte esté más arriba en esa pirámide, aunque si recomendable, lo importante, lo realmente importante, es que tu escala de prioridades sea realmente la elegida por ti, la que te haga feliz, y no aquella que estás siguiendo sin saber muy bien la razón… Que no te reconozcas (yo lo hago a veces, intento evitarlo...), por ejemplo, en esas citas de la sorprendente peli “El Club de la Lucha”:

"Desempeñas trabajos que odias para comprar cosas que no necesitas" y “"No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones…”

Incrustar vídeo: (https://www.youtube.com/watch?v=jfOwG2XF3gY&feature=player_embedded)


En mi caso correr, o andar en bici, me hace más libre, más dueño de mi mismo, con las neuronas más despiertas, más joven y vivo… Efectivamente, alguna cosa más sí que necesito, pero lo que tengo ya muy claro, a mis 46, es lo que no necesito.

¿Y tú, qué necesitas?

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